¡Hola a todos! Soy Sylvania la hija de Oswaldo,
Junto a mi mamá Glady y hermanos (Renzo y Bruno Rosales) estamos pasando uno de los momentos más duros de nuestras vidas, el mundo de mi mamá se fue para abajo hace casi cinco meses. Su esposo, Oswaldo, su compañero de vida de 62 años, fue diagnosticado con Linfoma no Hodgkin en etapa 3.
Oswaldo siempre ha sido un pilar en nuestra familia, un hombre y siervo de Dios dedicado, un abogado aplicado y un hombre trabajador incansable. Pero la enfermedad lo obligó a dejar su profesión y los servicios que realizaba en la Iglesia, y con ello, una parte importante del sustento económico de él y mi mamá. Las cuentas y gastos medicos se llevaron los ahorros, y hoy se enfrentan a una dura realidad: la escasez para cubrir sus cuentas mensuales y las medicinas que Oswaldo necesita urgentemente para enfrentar este cáncer.
Quienes conocen a Oswaldo saben de su profunda fe y su corazón generoso. Siempre ha tendido una mano a los demás, sin esperar nada a cambio. Ahora, es él quien sufre. Dos tumores malignos inoperables le causan un dolor constante, un sufrimiento que se agudiza al sentirse imposibilitado de apoyar económicamente a mi mamá.
Hoy, con humildad y esperanza, recurrimos a su buen corazón. Cualquier apoyo que puedan brindar, por pequeño que sea, marcará una gran diferencia en este difícil camino. De antemano, les agradecemos profundamente su solidaridad.